viernes, 20 de mayo de 2011

Una vuelta por las pedanías

Esta mañana, una vuelta por El Paretón, tocaba mercado.
Algunas caras lo dicen todo: Unas cuando la sonrisa se dibuja en ellas al verte, otras cuando los ojos no se atreven a encontrarse o simplemente esconden el sonrojo (será porque tienen la conciencia poco tranquila o será la timidez).
Después, una visita al Centro Social, había que tomar el segundo café de la mañana...
Allí una buena amiga, de El Raiguero, y otra, espero, por conocer un poco más, amable y gentil, de El Paretón.
Las dos, mujeres rurales o con un término menos "así", del campo. Sabias por lo que les viene de casta, conocedoras de los problemas de las pedanías porque viven y respiran en ellas, claras como el agua al sostener sus ideas, y convencidas de que a ESTO hay que darle la vuelta.
A las dos, mis saludos hoy, mañana y pasado mañana.
Después del día 22, hablaremos ante una buena tapa del centro o mejor, si es un domingo, chocolate y buñuelos, sin fotos porque para estas cosas no hacen falta cámaras ni miradas indiscretas.
¿Por qué estoy a gusto cuando voy a las pedanías? Porque a mí no me valen solo las ideologías, a mí me gustan las personas. Y Totana tiene muchas y muy buenas, y la que escribe esto aspira a ser y a seguir siendo solo eso: Una buena persona.
(Solo un guiño a las mujeres del campo, en color verde, nada de ciano y magenta.)

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