martes, 5 de abril de 2011

Excusatio non petita, accussatio manifesta…

En ciertas circunstancias hay que recordar esa máxima o también podemos olvidar los latinajos y recurrir a algo más popular: El refrán.
“No hiere el que quiere sino el que puede”, “A oídos sordos, palabras necias”…cualquiera de ellos serviría para que algun@s entiendan que más allá de los infundios está el respeto a la vida privada de las personas.
En una sociedad respetuosa y plural, lo primero que se exige es la pulcritud ante las circunstancias personales y de ámbito privado de cada un@.
Siempre y cuando lo que se haga en la privacidad no entre en el terreno de lo delictivo, implique prácticas corruptas o provoque un daño en el prójimo, la intromisión en ella no puede ser justificada.
La explicación y la justificación no sirven ante cierta clase de personas, bien al contrario tan sólo son síntomas de inseguridad, dolor o miedo.
Sé y estoy convencida que, aunque sean muchos los centímetros que nos separen del asfalto, no perdemos el equilibrio ante los que, con su actitud y sus comentarios, se manifiestan como auténticos desequilibrados.
Un ejercicio de dignidad, tan solo eso.
Para acabar no sabía a quién recurrir si al "a quién le importa" de Alaska o "no me importa nada" en versión de Luz Casal.
Me quedo con la segunda porque, de paso, es un concierto con Amnistía Internacional.
http://www.youtube.com/watch?v=msxpV9lJS-A

3 comentarios:

  1. muy bien ,Belén ,tienes todo mi apoyo,seguid asi...

    ResponderEliminar
  2. Alaska, por supuesto

    ResponderEliminar
  3. Pregunto, tengo mis dudas si esta sociedad es respetuosa y plural. No hay que estar tanto a la defensiva, pero aun queda la opcion de borrar el comentario, tanto identificado como anomino.

    ResponderEliminar