Reivindicaba en mi último comentario el derecho a la intimidad y el respeto a la vida privada.
Hoy voy a reivindicar el espíritu que debe regir este foro de expresión.
Este nuestr@/vuestr@ blog debe ser plural, dar cabida a todo tipo de comentarios, manifestaciones y expresiones.
Pero no puede convertirse en un punto de encuentro de consideraciones fariseicas donde lo que en otros criticamos nosotr@s hacemos.
Ningún comentario soez, malsonante o denigrante hacia la condición de la mujer puede servirnos para mofa o escarnio de quién tengamos enfrente.
Un comentario contra la dignidad de una mujer está mal, venga de quién venga.
La mejor defensa no siempre es un buen ataque; atacar, y más desde el anonimato, es ruin, cobarde y mezquino.
Una mujer, simplemente mujer, puede entrar o salir, ir acicalada o llena de manchas, con un sastre impecable o con vaqueros rotos, con raya en los ojos o sin ella, corrida o perfilada, ancha o estrecha, formal o desenfadada, liberal y progresista o conservadora, peinada o sin peinar, con rastas y a lo loco... y un millón de cosas más.
Contrastes que enriquecen nuestro entorno; mujeres que, por entrar o salir, (basta ya del tópico de la mujer entrando en despachos o saliendo de ellos)no deben estar en boca de nadie a no ser que más que vivir en sociedad se prefiera vivir en suciedad.
Todos tenemos el derecho a la intimidad y hagamos lo que hagamos sin dañar ni perjudicar a otros es digno de respetar. Pero en esta vida y ademas en un pueblo pequeño, lamentablemente todo se sabe o se sospecha o se inventa y se proclama cual veleta al viento de levante.
ResponderEliminarLa mujer tiene todas las ventajas del mundo, ella decide muchas mas cosas que el hombre, aunque nos cueste de creerlo. Utilizar el libre albedrio para ejercer sanamente los dones recibidos es perfectamente posible.
Creo que aun el mundo de los hombres no ha sabido valorar la fuerza interior que tiene la mujer y que el no reconocerlo nos hace cometer muchas injusticias. No es bueno ni el machismo ni el feminismo, somos distintos desde la formacion embrionaria y de ahi se marcan las diferencias que nos haran, ante un mismo hecho pensar diferente.